En el día de hoy, 25 de noviembre es necesario seguir conmemorando el día internacional para la eliminación de la violencia hacia las mujeres; multitud de acciones reivindicativas y simbólicas se desarrollarán en nuestros país y en todo el mundo, como cada año, desde que en 1999, la Asamblea General de la ONU invitara a los estados y las organizaciones sociales e internacionales a desarrollar una jornada de denuncia, contra las violencias de género hacia las mujeres y las niñas.
En todos los lugares del mundo, miles de mujeres son brutalmente asesinadas, golpeadas y violadas por el mero hecho de ser mujeres; siendo escalofriante el goteo de muertes y agresiones que sin embargo, la sociedad asume como algo inevitable.
Los datos con que contamos – y no contamos con todos los necesarios – son demoledores: según datos de ONU-Mujeres, 700 millones de mujeres que viven actualmente en todo el mundo, se casaron antes de los 18 años; entre 120 y 140 millones de mujeres en 28 países del mundo han sido objeto de mutilación genital. Más 5 mil mujeres son asesinadas por crímenes de honor cada año. 68 millones de niñas han sido víctimas por abortos y femicidios selectivos en la población mundial. Casi 21 millones de personas en el mundo, son víctimas de la trata con fines de explotación sexual, de las cuales el 78% son mujeres y niñas. Las mujeres migrantes y las mujeres refugiadas, son víctimas de violencia durante su huida de los países de origen en una proporción aún sin cifras conocidas. La violencia contra las mujeres y las niñas es, ante todo, una violación de los Derechos Humanos y así lo reconoció Naciones Unidas, en 1993 y el Consejo de Europa en el Convenio de Estambul en 2011. Y supone un ataque flagrante a los derechos humanos fundamentales como la libertad, la igualdad, la vida, la integridad física, la seguridad y la no discriminación.
Para acabar con esta lacra es necesario universalizar los derechos de las mujeres con una planificación igualitaria en cada país y en cada localidad; necesaria para conseguir la igualdad plena y real entre hombres y mujeres que debe partir de una profunda concienciación social que nos concierne a todos y a todas para transformar los parámetros en los que se mueve la sociedad patriarcal para sustituirlos por otros en los que igualdad sea sinónimo de libertad y fraternidad. Siendo por ello, tarea de todos los hombres y de todas las mujeres finalizar con la sociedad machista y conseguir que la relación entre los seres humanos se rija por la igualdad más absoluta.
Comarca de Olivenza a 23 de noviembre de 2021